El Tribunal Oral Penal N° 2 de Corrientes condenó a  Aldo Guari, de 55 años, a  prisión perpetua por el brutal asesinato de su expareja Inés Pianalto, de 45 años.

El entonces sereno de una delegación municipal fue hallado culpable del delito  de homicidio agravado por el vínculo.

Ayer, antes de que se iniciaran los alegatos, Guari decidió hablar y lloró desconsoladamente. La lectura de los fundamentos del fallo se realizarán el 1 de diciembre.

El femicidio se produjo el 29 de octubre de 2019 cerca de la medianoche en la delegación municipal del barrio capitalino Fray José de la Quintana.

De acuerdo con la pesquisa, en el lugar Guari se desempeñaba como sereno. Su esposa Inés Pianalto había iniciado los trámites del divorcio, ya que se encontraba en una relación amorosa con otro hombre. Vivía a dos cuadras de la delegación, así que todas las noches le acercaba la cena al padre de sus hijos. Se produjo una discusión porque el acusado le pidió volver. Ella se negó nuevamente y Guari la atacó violentamente.

El femicida la golpeó y con un machete y un cuchillo le produjo cortes y puntazos en diferentes partes del cuerpo. La mujer intentó escapar y empezó a gritar para que los vecinos la ayudaran. Guari la apuñaló tres veces en el cuello y Pianalto murió desangrada en el lugar. El agresor, tras el femicidio, quiso quitarse la vida y se produjo un tajo en el cuello. Tomó el celular y llamó a uno de sus hijos y le dijo que su madre estaba muerta. Los chicos llegaron corriendo al lugar y se encontraron con la espantosa escena.

Los gritos de la mujer cuando era atacada alertaron a vecinos de la zona, quienes dieron aviso a la Policía a través del servicio de emergencias 911. Los efectivos llegaron al lugar y se encontraron con un escalofriante escenario: la mujer tirada en el suelo en un gran charco de sangre sin signos vitales y al hombre malherido. Guari fue auxiliado y derivado al Hospital Escuela, donde permaneció internado con custodia policial hasta que pudo recuperarse.

Cuando cometió el femicidio, se pudo conocer que el acusado tenía una restricción ante una causa por supuesto abuso sexual y una exclusión del hogar conyugal. Guari quedó en libertad tras la denuncia de abuso, en septiembre de 2019, y fue a vivir a una casa del barrio Nuevo. Inés le llevaba, según testigos, todas las noches la comida.