Con goles de dos ex Boca, Tigre dio el golpe en el Monumental: le ganó 2-1 a River Plate y avanzó a semifinales de la Copa de la Liga

El sueño de River Plate de levantar la Copa de la Liga se extinguió en cuartos de final. Tigre lo sorprendió en el Monumental y lo venció por 2 a 1, gracias a los goles de dos ex Boca Juniors: Mateo Retegui y Facundo Colidio. Enzo Fernández había igualado en el inicio del segundo tiempo. Así, el elenco conducido por Diego Martínez jugará frente a Estudiantes el próximo domingo desde las 17 por un lugar en la definición del torneo.

El Matador sostuvo su estilo aún ante el Millonario y en su hogar. Apostó a presionar arriba y, con el balón, intentó salir de abajo, con prolijidad, pero no temió saltar líneas para Retegui y Colidio si veía complicado el panorama. De hecho, tuvo las dos primeras chances del encuentro y una terminó en gol. A los 2 minutos, el ex Boca remató desde afuera del área y Armani respondió enviando al córner. A los 4′, Zabala sacó el centro desde la izquierda y el hijo del Chapa se arqueó y acomodó el cuerpo para inventar un cabezazo letal, que terminó en el 1-0.

Si bien el dueño de casa reaccionó con un par de aproximaciones interesantes (un remate de Enzo Fernández que pasó junto al palo derecho del arquero y una arremetida de Casco que anticipó Marinelli), continuó incómodo, por momentos cediendo el control del pleito y sin hacer pie en el mediocampo.

La posesión de la Banda se tornó infructuosa ante el buen posicionamiento de Tigre y su plena concentración para cortar y salir rápido para lastimar. El foco de la visita estuvo en nublar la imaginación de Enzo Pérez y Enzo Fernández, las dos piezas en las que se apoya mayoritariamente el juego de los orientados por Gallardo.

A los 20′ el local encontró espacios, De la Cruz habilitó de cabeza y Pochettino, mano a mano, resolvió cruzado y desviado. Pero el Matador también pudo ampliar, por ejemplo, con el intento de 50 metros de Colidio que tapó Armani, o el cabezazo de Prediger, que ganó en las alturas, pero le salió muy al medio.

Los de Victoria ofrecieron varios puntos altos: los centrales Cabrera y Luciatti, Blondel, Zabala, Castro y los delanteros, pero sobre todo el equipo como bloque, siguiendo al pie de la letra el plan. Gallardo vio los últimos minutos antes del descanso sentado en el banco, con el gesto adusto, disconforme con la versión que vio de sus dirigidos.

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