Citricultores apuntalan la recuperación de las quintas y destacan el acceso a créditos

Tras las pérdidas millonarias que sufrieron las distintas cadenas productivas de la provincia por sequías e incendios en el último verano, la producción citrícola de la cuenca norte trabaja en el resguardo de las plantas que lograron salvarse del déficit hídrico, y fortalecen el trabajo que apunta a mejorar la cadena de comercialización, con miras a 2023.

“Estamos dedicados a la recuperación de las plantas. Porque la producción de fruta se perdió en gran porcentaje. Nosotros tuvimos que optar entre recuperar las plantas o sacar la fruta en condiciones, hubo que elegir”, recordó Oscar Barbera, secretario de la Asociación de Citricultores de Bella Vista, en diálogo con Cadena de Radios.

“Ahora el otoño está viniendo con un poco más de agua, eso nos está ayudando bastante y estamos pensando en la temporada 2023. Este año ya no tenemos producción para vender”, explicó.

Mientras tanto, “lo poco que hay de fruta es para la zafra de invierno, que dedicamos a la industria”, apuntó.

Por otra parte, el referente destacó el respaldo que se consiguió de entidades gubernamentales que permitió a auqellos citricultores afectados acceder a “créditos a tasas subsidiadas, por parte de CFI, Fidecor y también Banco Nación. Eso ayudó a solventar gastos y tratar de pensar en el año que viene”, sostuvo.

En tanto desde el aspecto sanitario subrayó la labor con la mesa de sanidad vegetal de la provincia y en articulación con Fucosave, en especial en medidas preventivas de HLB.

“Nuestro talón de Aquiles es el tema de la comercialización. La escala de la producción es muy chica (también en limón) para comercializar con exportación. Nos dedicamos al mercado interno y a la industria, con quienes también estamos teniendo problemas para la venta”, deslizó Barbera al final.

Vale recordar que  en citricultura, la provincia posee 30.000 hectáreas, distribuidas en dos Cuencas: -I Zona de Bella Vista / Concepción /Mburucuya: -II Zona de Monte Caseros / Mocoretá.

En la primera de ellas tras los incendios y sequías se registraron  “grandes pérdidas de fruta 50% aproximadamente” que equivalen a 72 millones de kilogramos.

“Como está la situación ya se sabe que se perderá la cosecha de fruta del otoño/invierno, que para el caso de la Zona Norte serian unas 50.000 toneladas, lo que haría un total de 200.000.000 millones de pesos de pérdida, evaluaron los referentes de la cadena luego del verano.

En cambio, la segunda zona sufrió un menor impacto climático por haber tenido un mejor registro pluviométrico. Lo cual permitió una menor disminución de la productividad.

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