Alianza Indígena reclama la igualdad en el acceso a la salud contra el coronavirus

Los pueblos que componen la entidad piden “el respeto a la leyes constitucionales de los países que apoyan el Buen Vivir” y a las normas internacionales sobre políticas públicas en salud.

Indígenas de América del Sur y México difundieron un manifiesto en el que reclamaron la aplicación "urgente" de leyes y tratados internacionales firmados por los estados y pidieron “igualdad en el trato a los originarios en la lucha contra el coronavirus”, dijo hoy a Télam el omta (jefe) Samay Pachay, Roque Miguel Gil, jefe territorial de los Huarpes Pynkanta.

La Asamblea de Guardianes Indígenas de América del Sur y México (AGIASYM), conformada a partir del 21 de julio último tras la realización de un Congreso Internacional virtual convocado por los Huarpes Pynkanta de San Juan, Mendoza y San Luis, emitió un documento “fundante que recoge los reclamos de los pueblos indígenas de América del Sur y México”, afirmó Gil.

El omta adelantó que el texto fue traducido a las lenguas originarias de los participantes “como muestra de resistencia cultural” y porque reúne los “pensares y decires” de más de 30 pueblos nación preexistentes que convergieron en un pedido “urgente” de reconocimiento de derechos “práctico”, a partir de lo que reconocen como “la letra muerta de las leyes vigentes”.

“Vemos con dolor cómo nuestros derechos continúan siendo mancillados y vulnerados” por el proceso de colonización global que “nos subsume hace más de 500 años a una cultura ajena, silenciando nuestras lenguas y alejándonos de nuestros territorios para explotarlos en su favor, despreciando nuestros saberes y negando nuestra preexistencia”, relató.

Luego dijo que han “sobrevivido a este proceso inhumano, resistiendo al pensamiento único del poder y su destructiva forma de construirse sobre la memoria de nuestros pueblos".

"Conservando el camino de los ancestros, sin odio y con dignidad, señalamos a los diferentes gobiernos la desigualdad a la que históricamente fuimos sometidos”, añadió.

“El Ser euro céntrico que impregna las representaciones políticas ha reconocido en sus normas constitucionales nacionales e internacionales nuestra preexistencia y vigencia, pero no la ha puesto en práctica, por lo que se ha convertido en letra muerta en muchos países, privándonos de los derechos elementales que son parte de nuestra identidad y nuestra cultura”, agregó.

Con respecto al impacto del coronavirus en las comunidades, recordó que tras haber sobrevivido a “distintas pandemias”, la del Covid-19 reveló “el racismo y la desigualdad, incluso en la políticas estatales y de Gobierno”.

La máxima autoridad territorial del Pueblo Nacional Huarpe Pynkanta reclamó, en nombre de los pueblos de la Alianza, “el respeto a la leyes constitucionales de los países que apoyan el Buen Vivir” y a las normas internacionales “como el Convenio 169 de la OIT” y que los Estados que no lo reconocieron, “lo hagan con urgencia”.

También reclamaron por el respeto de la propiedad comunitaria y la restitución de territorios sitios sagrados. (Art. 14 OIT); el reconocimiento y protección de las prácticas de Espiritualidad Indígena, de sus Instituciones, y sus autoridades (art. 5 y 12 de ONU y art. Xlll de la OEA).

Por último, pidieron que los Estados cumplan “con la creación de políticas públicas” en cuanto a derechos humanos vinculados a la salud, educación, alimentación e infraestructuras, con “amplia participación” de los pueblos indígenas y el respeto de la medicina ancestral y su soberanía alimentaria.

El manifiesto de la Alianza de los Guardianes Indígenas fue aprobado por los pueblos Diaguita, Wichi, Günum A Küna, Tehuelche, Charrúa, Comechingón, Qom, Guaraní, Mapuche, Ranquel, Guaraní, Kunza Atacama, Kolla, Kilmes, Diaguita Tolombon, Yanakona, Kilmes Ligua, Quichua Kayambi, Quichua Pastaza, Maya, Guampis, Wuayuu, Consejo Nacional Diaguita, Consejo Supremo Indígena Tarahumara, Nasa, Lule, Huarpe Pynkanta, Quechua y Tayta Ullpu.

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