Desde 2018 se celebra cada 1 de agosto el Día Mundial del ácido ribonucleico (ARN), la molécula que contiene la información copiada del ADN para la fabricación de proteínas que son vitales para todos los procesos de la vida.

Junto con el ácido desoxirribonucleico (ADN), constituye uno de los pilares fundamentales de la genética y la herencia.

A diferencia del ADN, el ARN tiene una estructura de cadena sencilla y contiene ribosa en lugar de desoxirribosa.

Este día es considerado como una oportunidad para destacar la relevancia de esta molécula en la biología y la medicina.

Gracias a su estudio y comprensión, se han logrado importantes avances en la investigación científica y médica, lo que abre el camino hacia nuevas terapias y tratamientos para mejorar la salud y el bienestar de la humanidad.

Además, al celebrar esta fecha, se reconoce la importancia del ARN como pilar fundamental en el desarrollo y funcionamiento de la vida en nuestro planeta.

El ARN desempeña una serie de funciones vitales en la célula, siendo una pieza clave en la síntesis de proteínas.

Este proceso, conocido como traducción, ocurre en los ribosomas y permite que la información contenida en el ADN se convierta en proteínas, las cuales son esenciales para el funcionamiento y la estructura de los organismos vivos.

El portal web de 'Genotipia' menciona que, existen varias aplicaciones de los distintos tipos de ARN, que contribuyen a mejorar diferentes ámbitos de la Medicina.

Por ejemplo, se pueden generar vacunas de ARN para preparar al sistema inmunitario para futuras infecciones.

Además, en medicina, el estudio del ARN ha llevado a avances significativos en el campo de la terapia génica y la medicina personalizada.

Los ARN mensajeros modificados y las técnicas de edición genética basadas en ARN, como CRISPR-Cas9, ofrecen nuevas esperanzas en el tratamiento de enfermedades genéticas y adquiridas.