La caminata diaria es muy beneficiosa

Mantenerse en movimiento es especialmente importante para los pacientes, siempre bajo la supervisión del médico tratante. La astenia o el cansancio patológico no mejora con el descanso sino, al contrario de lo que se piensa, con la actividad física regular. Asimismo, es clave para reducir la ansiedad, mejorar la tonicidad muscular, el ánimo y disminuir los efectos secundarios de los tratamientos. 

Si bien el tipo de ejercicio, modalidad, formatos y frecuencia se deberá adaptar a cada persona y patología, en líneas generales, realizar actividades aeróbicas y al aire libre proporciona diversos beneficios. En este sentido, caminar en forma regular - con media hora al día es suficiente - brinda ventajas inmejorables:

Reduce la presión arterial y riesgos de hipertensión o accidentes cerebrovasculares: en general, ejercitar las extremidades inferiores mejora la circulación, equilibra los valores de presión arterial y disminuye los niveles de colesterol. 

Mantiene en equilibrio el nivel de azúcar en sangre: realizar caminatas regulares ayuda a prevenir enfermedades como la diabetes. 

Aumenta los niveles de vitamina D: realizar caminatas diarias en el exterior promueve la obtención de este nutriente, el cual sólo se obtiene por la exposición a la luz solar. Si bien es importante utilizar protección al estar al aire libre y bajo el sol, la adquisición de esta vitamina es vital para mantener saludables los huesos y el sistema inmune. 

Mantiene en equilibrio el peso: caminar al menos media hora al día activa los músculos, equilibra la grasa corporal y mejora el metabolismo. 

Colabora con el proceso del tratamiento: una caminata de media hora al día mejora el estado de ánimo, reduce los pensamientos y emociones negativas, disminuye la fatiga y la tensión; y colabora así con el tratamiento en forma positiva. 

Mejora la masa muscular y fortalece los huesos: este tipo de ejercicio mejora la densidad ósea y la debilidad muscular, la cual puede producirse por largos periodos de permanencia en la cama.

Aumenta el apetito: la falta o ausencia de apetito suele ser uno de los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos. Mantener una rutina de caminatas diarias, puede estimular el apetito y mitigar estas cuestiones adversas.

Mantener una actividad física en forma regular acompaña de manera positiva al tratamiento. La caminata diaria es una opción ideal, no sólo permite mantener el cuerpo en movimiento sin una rutina o lugar específico, sino también impacta en las emociones y pensamientos positivos ya que además habilita su realización en compañía, y favorece así al contacto y apoyo de seres queridos. 

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