Rosario: Sicarios entraron a un hospital y asesinaron a un policía

Las autoridades intentan esclarecer si los delincuentes buscaban rematar o liberar al recluso que había sido trasladado por el Servicio Penitenciario. El subinspector de la policía Leoncio Bermúdez, de 40 años, murió una hora después de recibir un disparo en la cabeza.

Cuatro hombres ingresaron este martes por la noche a la guardia del hospital provincial de Rosario, buscando a un preso internado, y asesinaron de un disparo en la cabeza a un policía. También recibió dos disparos una enfermera y la Justicia busca determinar si los sicarios intentaban rematar o liberar al preso, identificado como Gabriel Lencina.

El hecho fue minutos antes de las 22, sobre calle Zeballos al 400, dirección en la que, sobre la vereda, hay instalada una garita policial fija. De acuerdo a lo informado por Rosario3, más de dos hombres con barbijos se bajaron de un auto Fiat Uno blanco y entraron al hospital provincial, preguntaron por el baño y se dirigieron a una sala donde se encontraba un hombre bajo vigilancia del Servicio Penitenciario, con la aparente intención de asesinarlo.

El preso, identificado como Gabriel Lencina, de 29 años y con una condena a 22 años por una serie de crímenes violentos, fue el foco de la situación y, según trascendió, estaba presuntamente listo para recibir el alta. Las autoridades intentan esclarecer si los delincuentes buscaban rematar o liberar al recluso que había sido trasladado por el Servicio Penitenciario. Allí, se produjo un forcejeo y le dispararon en la cabeza a un policía y a una enfermera de 50 años, en ambas piernas.

Tras el ataque, el subinspector de la policía de 40 años, identificado como Leoncio Bermúdez, fue trasladado de inmediato al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde ingresó con un paro cardíaco, por lo que los médicos de guardia iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Sin embargo, Bermúdez finalmente falleció cerca de las 23 de este martes.

Según relató el diario La Capital, los delincuentes escaparon en el mismo auto Fiat Uno en el que habían llegado al hospital provincial. La policía, por su parte, investiga el itinerario que realizó el vehículo para intentar localizar a los atacantes, mientras que el expediente está en manos de la fiscal Gisela Paolicelli. El ministro de Seguridad provincial, Claudio Brilloni, confirmó que se trataba de cuatro agresores, luego de que inicialmente circulara la versión de que habían sido solamente dos.

Los vecinos aseguraron haber escuchado más de seis detonaciones y, de acuerdo con la Agencia de Investigación Criminal de Santa Fe, los peritos encontraron en el lugar seis vainas utilizadas, sangre y el cargador de la pistola del policía asesinado en el suelo. El violento episodio se sumó a los distintos hechos que azotaron Rosario durante el último fin de semana: entre el sábado y el martes, al menos ocho personas murieron baleadas.

Quién es el preso que buscaban los sicarios 

El rosarino Gabriel Lencina cumple una condena de 22 años y 2 meses en Piñero por homicidio, tentativa de homicidio e instigación a otra muerte. Está preso desde 2013 y pasó por varias unidades carcelarias de acuerdo a su legajo, según detalló Infobae. Su ficha penitenciaria detalla tareas de limpieza y mantenimiento, con una conducta “ejemplar” y un concepto “muy bueno”, a pesar de haber recibido una sanción.

Lencina no pertenece a las grandes estructuras narco de Rosario, pero el medio La Capital lo identificó como integrante de la banda de Hernán “Lichi” Romero, el apresado jefe de un clan narco de Nuevo Alberdi. Si bien no se conoció el motivo de su internación, Lencina habría estado listo para recibir el alta, por lo que los agresores habrían pretendido ultimarlo. Otra teoría apunta hacia el intento de liberación de Lencina a través del violento episodio de este martes y una tercera versión se refería a una mujer que acompañaba a su marido en la guardia, la cual habría recibido un disparo en la pierna y otro en el abdomen, consignó el medio antes mencionado.

Romero, por su parte, cursa una condena como líder de una asociación ilícita y espera un juicio en el que piden 28 años de prisión por el secuestro e intento de asesinato de un hombre que estuvo cautivo en una casilla, donde lo golpearon por órdenes recibidas desde la prisión y lo dieron por muerto tras balearlo en una ruta. Con otros integrantes de la banda y de su familia ya condenados, a “Lichi” se lo considera instigador de ese delito, cometido en el comienzo de una guerra con la banda de Los Monos.

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