Un tribunal austriaco ordenó el traslado condicional del violador de 88 años Josef Fritzl, conocido por los medios como el "monstruo de Amstetten", a una prisión ordinaria desde una unidad psiquiátrica penitenciaria.

La noticia fue dada a conocer por su abogado a la prensa este jueves tras la vista.

Fritzl, que ahora ha cambiado de nombre, violó a su hija mientras la mantuvo cautiva en el sótano de la casa durante 24 años, siendo padre de los siete hijos que tuvo ella.

Está en prisión desde su condena en 2009 por incesto, violación, esclavitud, coacción y el asesinato, por negligencia, de un hijo recién nacido en un calabozo bajo su casa.

La condena y el caso

El austríaco Josef Fritzl -de entonces 73 años- fue condenado en febrero de 2014 a cadena perpetua e internamiento psiquiátrico por un tribunal de Sankt Polten (oeste) por el asesinato de uno de los hijos que tuvo junto a su hija, a quien mantuvo secuestrada desde 1984 a 2008.

"Lo lamento de todo corazón, ya no puedo hacer nada desgraciadamente", declaró poco antes al tribunal, al hacer uso de su derecho a la última palabra.

Antes del anuncio de la sentencia, el jurado había declarado a Fritzl culpable de todos los cargos retenidos en su contra: asesinato, incesto, violación, secuestro, coerción y esclavitud de su hija, que tuvo siete hijos de esa relación incestuosa durante los años en que permaneció cautiva en el sótano de su casa en Amstetten (130 km al oeste de Viena).

La cadena perpetua corresponde al cargo de asesinato por la muerte de uno de los siete hijos. El bebé murió dos días después de nacer en 1996, por falta de atención médica.

La decisión del jurado de declararlo "culpable" fue por unanimidad de sus ocho miembros.

Una infancia difícil con una madre soltera autoritaria, que según él lo golpeaba, son detalles que se conocieron en el juicio al hombre que planificó cuidadosamente el secuestro de su hija cuando ésta tenía 18 años.

La mujer pasó casi dos décadas y media encerrada en el sótano de su casa, de 40 m2, sin ventanas ni ventilación, que Fritzl, ingeniero electricista, había acondicionado con varias puertas blindadas con cierre electrónico.

La tragedia del "monstruo de Amstetten" saltó a la luz en abril de 2008, cuando uno de los niños tuvo que ser hospitalizado con su madre.