El Niño en las trágicas inundaciones en Brasil y Uruguay

NueveLas persistentes e intensas lluvias afectaron a más de 1,5 millón de personas. Cuáles son los factores que influyeron según científicos consultados por Infobae y la Organización Meteorológica Mundial

 

En el estado de Río Grande del Sur de Brasil, ubicado en el extremo sur de ese país, se ha producido el peor desastre climático en la historia de esa región. Tormentas e inundaciones han conducido a la muerte de más de 100 personas y a un 1,5 millón de damnificados.

Además, en el norte de Uruguay las fuertes lluvias también provocaron que más de 700 personas fueran evacuadas, y el Sistema Nacional de Emergencias de ese país (Sinae) alertó que lo peor de las inundaciones llegará entre el fin de semana y el comienzo de la semana próxima.

Esos desastres ya son considerados consecuencias de la combinación del fenómeno de El Niño/Oscilación del Sur y del impacto del cambio climático en la región, según la Organización Meteorológica Mundial y expertos en climatología.

El Niño /Oscilación del Sur (ENSO) Consiste en el aumento de las temperaturas en la parte central y oriental del Océano Pacífico ecuatorial, y en cambios en la atmósfera.

Es un fenómeno que ocurre cada dos a siete años e implica un riesgo de aumento de las lluvias y tormentas en algunas zonas del sur de Sudamérica, especialmente en Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, entre otras repercusiones en el planeta.

En algunos episodios anteriores como en 1997-1998 y 2015-2016, más lluvias y tormentas se han asociado a inundaciones en esos países. El Niño 2023/2024 alcanzó su punto máximo como uno de los cinco más fuertes registrados, y ya empezó a debilitarse.

“Las inundaciones que se han producido en Brasil y Uruguay pueden considerarse fenómenos extremos en términos de la cantidad de lluvia.

Pero una inundación no solo ocurre por la cantidad de precipitaciones sino también por las condiciones en las que se encuentra el suelo para que el exceso de agua escurra fácilmente o no.

En este último punto, las obras de infraestructura adecuadas y dimensionadas en el contexto del cambio climático son un factor clave para prevenir o morigerar las consecuencias de lluvias intensas y prolongadas”, explicó a Infobae la doctora Inés Camilloni, investigadora en cambio climático del Conicet, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y vicepresidenta del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).

El cambio climático se ha producido como consecuencia de diversas actividades humanas, como la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación, entre otras razones.

La científica Camilloni contestó: “El cambio climático forma parte de todo evento del tiempo y el clima, porque la atmósfera está más cálida que décadas atrás. Esto implica cambios en la cantidad de humedad presente en el aire y en la circulación de la atmósfera”.

En el sudeste de Sudamérica, “el cambio climático se manifiesta con un aumento observado en las lluvias, que continuará incrementándose en las próximas décadas de acuerdo con todas las proyecciones”, dijo Camilloni.

Sumado al impacto del cambio climático, “el fenómeno de El Niño, que está en su fase final, se caracteriza por generar también excesos de lluvia durante el otoño del año siguiente al que se inicia. Y precisamente es la situación actual. De alguna forma hoy están superpuestos el cambio climático y los efectos de El Niño. En esta región y época del año actúan en la misma dirección: lluvias por encima de los valores normales”, resaltó la investigadora.

También la Organización Meteorológica Mundial (OMM), a cargo de la científica argentina Celeste Saulo, emitió un comunicado en el que menciona que “las lluvias récord provocadas por El Niño han causado inundaciones sin precedentes en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, con un número creciente de víctimas y pérdidas económicas y de infraestructuras. No se vislumbra una tregua inmediata”.

Las lluvias persistentes e intensas cayeron desde el 27 de abril en Brasil. En algunas regiones, especialmente en los amplios valles centrales, la meseta, las laderas de las montañas y las zonas metropolitanas, los volúmenes de precipitaciones han superado los 300 milímetros en menos de una semana.

En el municipio de Bento Gonçalves, por ejemplo, el volumen alcanzó los 543,4 mm. La ciudad de Porto Alegre recibió 258,6 milímetro de precipitaciones en sólo tres días.

Esta cifra corresponde a más de dos meses de lluvia si se compara con el Climatológico Normal de abril (114,4 mm) y mayo (112,8 mm).

Raúl Cordero Carrasco, investigador en climatología del departamento de física de la Universidad de Santiago de Chile, comentó a Infobae: “El sur de Brasil es una de las zonas en las que El Niño hace que las probabilidades de precipitaciones sean mayores.

Se le debe agregar el efecto del cambio climático que está haciendo que los precipitaciones en esa zona del mundo vayan al alza”.

La combinación de El Niño más el calentamiento global que genera el cambio climático “hace que eventos como el recientemente registrado en el sur de Brasil y en el norte de Uruguay sean hoy más probables que en el pasado”, enfatizó Cordero Carrasco.

“Seguirán las lluvias en esas zonas pero no tendrán la extraordinaria intensidad de los últimos días”, remarcó.

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