Una noche de borrachera podría alterar el ritmo cardíaco
El consumo excesivo de alcohol en una fiesta o club podría sentirse bien cuando la música está sonando, pero es el latido del corazón el que podría pagar el precio.
Investigadores en Alemania encontraron que 1 de cada 20 jóvenes juerguistas de Múnich desarrollaron " arritmias clínicamente relevantes" mientras se emborrachaban y luego se recuperaban de una dura noche de bebida.
"Nuestro estudio proporciona, desde una perspectiva cardiológica, otro efecto negativo del consumo excesivo agudo de alcohol en la salud", dijo el autor principal del estudio, Stefan Brunner. Trabaja en el departamento de cardiología del Hospital Universitario Ludwig-Maximilians (LMU) de Múnich.
Él y el coautor, el Dr. Moritz Sinner, también del Hospital Universitario LMU, habían estudiado previamente el efecto del alcohol en los ritmos cardíacos durante el famoso OktoberFest de Múnich en 2015. En ese momento, solo tenían una "instantánea" de un electrocardiograma (ECG) de una sola vez en la que basar sus hallazgos.
Esta vez, los dos expertos utilizaron equipos móviles para rastrear 48 horas de cambios en los ritmos cardiacos de más de 200 jóvenes asistentes a la fiesta antes, durante y después de una noche de consumo excesivo de alcohol.
Rastrearon a las personas que se dirigían a fiestas donde era probable que hubiera una alta intoxicación. Compararon los resultados del ECG antes (hora 0), durante (horas 1 a 5) y después (horas 6 a 19) de las partes.
"A pesar del ambiente festivo de los participantes del estudio, la calidad de los ECG fue casi universalmente alta en todo momento", anotaron los investigadores.
El resultado principal: "Se detectaron arritmias clínicamente relevantes en más del cinco por ciento de los participantes sanos", dijo Moritz Sinner.
Anotó que estas aberraciones en los latidos del corazón ocurrieron en gran medida en las horas posteriores a que terminó la borrachera.
El estudio confirma la capacidad tóxica del alcohol para alterar los ritmos cardiacos, apuntaron los investigadores.
Incluso cuando los participantes estaban de fiesta activamente, "la ingesta de alcohol durante el periodo de bebida condujo a un pulso cada vez más rápido de más de 100 latidos por minuto", anotó el equipo.
En cuanto a los efectos a largo plazo del consumo excesivo de alcohol en el ritmo cardiaco, podrían dilucidarse en investigaciones futuras, apuntaron los investigadores.