«Ángeles Somos del cielo venimos…», el recitado que expandirá bendición
Se realiza el tradicional festejo de todos los 1º de noviembre, Día de Todos los Santos, en homenaje alegre a los niños que partieron al descanso eterno, mientras revaloriza el amor y respeto a los chicos, muchos de los cuales hoy visitarán casas para pedir colación y responder con gratitud.
Llegó uno de los días más queridos del calendario festivo tradicional de los correntinos, al igual que otros países, la fiesta de Ángeles Somos.
Es un tradicional festejo que se realiza todos los 1º de noviembre en solemnidad de todos los santos; una tradición que se remonta a la Corrientes de fines del siglo XVIII en honor a los angelitos que partieron a un descanso eterno, y a quienes se les desea brindar un recordatorio alegre.
«Como hemos señalado, la práctica de Ángeles Somos puede ser abordada teniendo en cuenta las serenatas concretadas por jóvenes y/o adultos en la madrugada del 1° de noviembre y las procesiones (caminatas) protagonizadas por los niños en horas del atardecer del 31 de octubre, la mañana o la tarde del 1° de noviembre. En su forma de serenata se encuentra encabezada por jóvenes y adultos, acompañados de música regional recorren las casas del poblado y a cambio de las serenatas reciben donaciones: alimentos regionales o bebidas con alcohol. En la versión de las caminatas de niños se resaltan diferencias significativas; si bien también se visitan las casas los grupos están compuestos por niños acompañados por algunos adultos, priman las canciones religiosas y símbolos católicos (imágenes de santos y rosarios). A cambio de las visitas y las bendiciones reciben colaciones (ofrendas) consistentes en golosinas variadas, bebidas dulces sin alcohol y dinero», señala César Iván Bondar en un extenso artículo rico en contenido que efectuó hace unos años en el Instituto de Estudios Sociales y Humanos. Universidad Nacional de Misiones.
PROGRAMAS
Con ese espíritu, numerosas localidades correntinas serán escenario de esta costumbre grata a lo bueno de una cultura, que se sustenta en valores que enriquecen a las comunidades.
Como se informó en ediciones de esta semana, hoy, a las 18, en Itatí se concentrarán frente a la Basílica, actividad que será transmitida por el Facebook de Noticias Itateñas, acontecimiento para el cual se invitó de manera especial a los niños a ataviarse de ángel o de algún santo «para participar en esta celebración religiosa y compartir la fe y la alegría con la comunidad».
Otra ciudad será Curuzú Cuatiá, donde el Gobierno municipal se involucró directamente en la organización acompañando la iniciativa desde su Dirección de Cultura. Aquí la concentración será frente a la Municipalidad, a las 17, en calle Berón de Astrada, para desplazarse por las calles céntricas hasta el Correo Argentino.
En Monte Caseros, la Asociación Cultural invitó a todos los niños y a la comunidad en general, a la conmemoración de esta tradición que se realizará en la ciudad de 17 a 19, para partir desde su sede, en calle La Rioja 1.428 y recorrer desde ahí las calles vestidos de angelitos repartiendo bendiciones.
PATRIMONIO DE ITUZAINGÓ
También hacia el Norte, Ituzaingó se colma de algarabía en esta fecha, donde Ángeles Somos se vive tanto entre los más grandes como los más chicos, en los jardines y escuelas como proyectos institucionales y en Congresos organizados al efecto. Además, desde el año 2013 fue declarado Patrimonio Cultural de los ituzaingueños por el Concejo Deliberante.
En Colombia, donde es Patrimonio Inmaterial de la Nación
El 1 de noviembre se celebra con ribetes especiales en la ciudad de Cartagena, Colombia, y algunos municipios de la región una particular festividad llamada Ángeles Somos, la igual que en otros países de origen latino, no los sajones de Norteamérica que tienen la Noche de Brujas o Halloween en inglés.
La celebración, considerada por los colombianos Patrimonio Inmaterial de la Nación, consiste en que niños, jóvenes y adultos se reúnen desde la primera hora de la mañana para recorrer las casas de su barrio entonando un cántico autóctono, para pedir alimentos a sus vecinos, con el fin de recolectar lo suficiente para la preparación de un sancocho comunitario, una especie de sopa o guiso espeso, al mediodía.