Especialistas dicen que a los 57, 70 y 78 años son momentos claves en la salud
Los investigadores identificaron biomarcadores vinculados a la edad que podrían prevenir enfermedades neurodegenerativas
Los investigadores del envejecimiento humano auguran que para 2050 más de 1.500 millones de personas tendrán más de 65 años. Frente a este dato impactante, cada vez más, la ciencia busca conocer cómo envejece nuestro cerebro, ya que los trastornos neurodegenerativos, como el Alzheimer y la demencia, tienden a aumentar con la edad y la detección temprana y tratamiento podrían ayudar a enfrentarlos.
Un nuevo estudio que se publicó este lunes en la revista Nature Aging, da pistas del envejecimiento del cerebro y sitúa su inicio a los 57 años, con otros dos picos importantes a los 70 y los 78 años., e identificaron 13 proteínas cuyas concentraciones en sangre estaban asociadas con la edad biológica del cerebro.
Este hallazgo abre la puerta a intervenciones personalizadas para retrasar el deterioro cognitivo y podría ser el objetivo de nuevos tratamientos antienvejecimiento.
El doctor Wei Cheng, experto de la Facultad de Medicina de la Universidad de Fudan de Shanghái, quien lideró la investigación, afirmó: “A los 70 años observamos muchas asociaciones con trastornos neurodegenerativos, como la demencia por cualquier causa y la enfermedad de Alzheimer. Nuestros hallazgos reflejan la susceptibilidad de padecer estas patologías en esta década”.
En diálogo con Infobae, el doctor Claudio G. Waisburg, neurocientífico, speaker y director del Instituto SOMA, explicó: “Desde una perspectiva neurocientífica, el estudio representa un avance prometedor al identificar proteínas clave que marcan puntos críticos en el envejecimiento cerebral, como los 57, 70 y 78 años”.
Por su parte, el doctor Alejandro Andersson, neurólogo, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explicó: “Hallaron 13 proteínas vinculadas al deterioro cerebral y sus niveles cambian abruptamente en estas edades. Estos cambios están relacionados con inmunidad, metabolismo y enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el ictus”.
El doctor Andersson añadió: “El envejecimiento cerebral es un proceso multifactorial que involucra factores biológicos, ambientales y de estilo de vida. Identificar las proteínas clave en el deterioro cognitivo ofrece nuevas oportunidades para intervenciones personalizadas”.
Respecto al hallazgo de estos biomarcadores, el doctor Waisburg indicó que “abren la puerta a intervenciones personalizadas que podrían retrasar el declive cognitivo y prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Sin embargo, filosóficamente, surge la cuestión de si deberíamos intervenir de manera tan directa en un proceso natural como el envejecimiento”.
“Si bien estas innovaciones podrían mejorar la calidad de vida, también plantean dilemas éticos sobre la equidad en el acceso a estos tratamientos y la redefinición de lo que significa envejecer y, en última instancia, ser humano. Como neurólogo, considero que este enfoque tiene un gran potencial, pero debe ser acompañado de un marco ético sólido que garantice tanto la accesibilidad como el respeto por las dinámicas naturales del ciclo vital”, agregó.
El doctor Lisandro Olmos, especialista en rehabilitación neurológica y director de Rehab Center, exdirector médico del Centro de Rehabilitación FLENI Escobar, explicó a Infobae: “Creo que el estudio es interesante. Es muy bueno el hecho de poder encontrar biomarcadores pero, en definitiva, no es más que una cronología de un proceso que tiene que ver con la biología de todos los seres vivos, que es el envejecimiento natural, tanto de nuestro cerebro como del organismo”.
Para realizar el estudio, los científicos analizaron imágenes por resonancia magnética (IRM) del cerebro de 10 949 adultos sanos de entre 45 y 82 años para calcular la “brecha de edad cerebral” (BAG, por sus siglas en inglés), un indicador de su envejecimiento, que surge de la diferencia entre la edad cerebral estimada y la cronológica.
Luego, evaluaron la concentración de aproximadamente 3.000 proteínas en la sangre de casi 5.000 de los participantes.
Los investigadores identificaron 13 proteínas cuyas concentraciones en sangre estaban asociadas con la edad biológica del cerebro. Las proteínas que estaban vinculadas a factores involucrados en el envejecimiento, como el estrés celular y la inflamación, se elevaron en la sangre a medida que aumentaba la edad biológica del cerebro.
Mientras tanto, los niveles de proteínas que ayudan a mantener la función del cerebro, incluidas las involucradas en la regeneración celular, disminuyeron a medida que las personas envejecían.
Además, los científicos descubrieron que las concentraciones de las 13 proteínas alcanzaron su punto máximo en la sangre en edades cronológicas específicas: 57, 70 y 78 años. Esto podría reflejar “olas” de envejecimiento cerebral que podrían usarse como punto de referencia para orientar futuras intervenciones antienvejecimiento.
Los investigadores observaron tres picos con cambios abruptos, relacionados con cambios metabólicos a los 57 años; pérdidas cognitivas y de movimiento a los 70, y fragilidad neuronal en torno a los 78.
“Revelamos cambios ondulantes en el proteoma plasmático a lo largo del envejecimiento cerebral y perfilamos picos de cambio relacionados con la edad cerebral a los 57, 70 y 78 años, lo que implica vías biológicas distintas durante el envejecimiento cerebral”, señalaron los científicos.