Perú suma 24 partidos políticos

Varios partidos políticos se inscribieron oficialmente en los últimos días en Perú y ya son 24 los habilitados para una próxima contienda electoral, una proliferación que, según expertos, demuestra la precaria calidad de la política nacional y atenta contra los buenos resultados de la democracia.

“El nivel de fraccionamiento es enorme” y eso favorece a “aventureros, mercantilistas y mafiosos” que ingresan en la política, afirmó el politólogo y exjefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) Fernando Tuesta, autor de una propuesta de reforma acogida solo parcialmente por el actual Congreso.

El Jurado Nacional de Elecciones anunció esta semana que 13 partidos cumplieron las exigencias para ser incluidos en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP), con lo que se suman a 11 que sobrevivieron a las elecciones de 2021, en las que desaparecieron 14 por no llegar a 5% de votos.

Entre los partidos recién llegados están el histórico Aprista Peruano (PAP), que volvió a reunir los requisitos tras perder su registro en 2021 después de casi un siglo de existencia, y otros con ideas y líderes desconocidos para la gran mayoría, como el Demócrata Verde, Salvemos a Perú o Perú Moderno.

También están el centroderechista Perú Primero, del expresidente Martín Vizcarra; el liberal ortodoxo Libertad Popular, de Rafael Belaunde, nieto del dos veces presidente Fernando Belaunde; o el progresista Primero La Gente, de la congresista y activista LGTBIQ+ Susel Paredes.

En camino de reunir requisitos están varios colectivos más, entre ellos la Alianza Nacional de Trabajadores Agricultores Universitarios Reservistas y Obreros (Antauro), del militar ultranacionalista en retiro Antauro Humala, quien pasó 17 años preso y maneja un discurso radical antisistema.

Para los analistas, la volatibilidad de los partidos se puede resumir en que tres de los cinco que ganaron elecciones en el siglo desaparecieron ya: el centroderechista Perú Posible, el centrista Nacionalista Peruano y el liberal Peruanos

Por el Cambio, de los expresidentes Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski, respectivamente.

Solo subsisten el reinscrito PAP, de derecha, que gobernó con Alan García, y el izquierdista Perú Libre (PL), que ganó en 2021 con Pedro Castillo y cuyo futuro genera dudas por varios factores, entre ellos las divisiones internas que han causado que 24 de sus 37 congresistas salgan de sus filas.

En el actual Congreso, cuyos índices de aprobación popular no llegan a 10%, los 11 partidos que alcanzaron escaños han sufrido abandonos, al punto que casi la mitad de los 130 legisladores ya no están en la bancada por la que fueron elegidos y pasaron a otros partidos o se proclamaron independientes.

“El fenómeno del transfuguismo (el cambio de partido), que era excepcional, se ha convertido en generalizado”, comentó en el canal estatal TV Perú Tuesta, quien atribuyó el hecho a la precariedad política de las organizaciones.

Al experto le fue encomendado elaborar una propuesta de reforma, la que hasta ahora solo se aplica en forma parcial porque los parlamentarios la han limitado, por ejemplo, al impedir la realización de elecciones primarias como las de Argentina.

“Cuando (los políticos peruanos) hablan de las primarias de Argentina las aplauden, pero cuando hablan de Perú no las quieren”, ironizó Tuesta, cuya fórmula incluía la eliminación de los partidos que no llegaran a 1,5% de votos en esa etapa, como una primera fase depurativa.

Un punto que sí se aprobó fue la eliminación de las firmas para inscribir un partido. Antes se necesitaban 730.000, lo que hizo que surgieran organizaciones especializadas en reunirlas, incluso mediante la falsificación, para venderlas.

Los organismos encargados de la verificación, sobrepasados por la magnitud, no lograban cumplir con las tareas.

En lugar de las firmas se decidió que los aspirantes a partidos acreditaran número de militantes y capacidad de organización, pero esto también parece haber resultado laxo.

“No hay que crear la ilusión de que el cambio normativo va a cambiar de inmediato lo que tenemos, porque se ha aceptado mucho un conjunto de incentivos para que a gente de fuera de la política le sea fácil llegar sin tener una serie de requisitos no escritos, no normativos”, señaló Tuesta.

Para el exjefe de la ONPE -ente que se encarga de la logística de las elecciones-, el sistema no solo facilita el ingreso de gente no calificada, sino que aleja de la política a personas que tendrían gran potencialidad pero se van desanimadas.

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